ENTRE TODOS, PODEMOS!

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miércoles, 27 de febrero de 2013

DISLALIAS

La dislalia es un trastorno del habla que afecta a la calidad articulatoria de la producción lingüística de forma permanente y se manifiesta con incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de ellos. Si el defecto persiste, se entorpece el desarrollo psíquico y hasta puede retrasar el aprendizaje.

DISLALIAS SEGÚN SU ORIGEN:

1. EVOLUTIVAS: son las dificultades articulatorias típicas de aquella fase del desarrollo infantil en la que el  niño no es capaz de repetir, por imitación, las palabras que escucha, dado que no puede formar los estereotipos acústicos-articulatorios correctos.
Dentro de una evolución normal en la madurez del niño, estas dificultades las va superando. A modo orientativo se puede decir que un niño, cuando inicia la escolarización, a los tres años, tiene que tener un habla inteligible (que se entienda) aunque aparezcan errores; a los cuatro años se consideran aún normales ciertas dificultades con los sínfones y la /rr/; y en Preescolar (5 años) debe estar adquirido todo el cuadro fonético.

2. FUNCIONALES: alteración de la producción y de la articulación, debido a un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. La dificultad está centrada con el aspecto motriz / articulatorio. Son niños con errores estables, que cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido. La dificultad aparece por igual en la repetición que en el lenguaje espontáneo. Debe diferenciarse de los trastornos fonológicos donde la alteración se produce a nivel perceptivo y organizativo, es decir, en los procesos de discriminación auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos y a la relación entre significante y significado. En este caso, los fallos afectan a la capacidad para diferenciar fonemas acústicamente similares. Los errores suelen ser variables. Muchas veces pueden producir bien los sonidos aislados, pero la pronunciación de la palabra se ve alterada.

3. AUDIÓGENAS: fallos en la articulación producida por un déficit en la audición (hipoacusia o sordera). Pueden verse afectadas también la calidad de la voz y su ritmo, modificando la cadencia normal del habla.

4. ORGÁNICAS: trastorno de la articulación ligado a alteraciones orgánicas del sistema nervioso del lenguaje (disartrias), anomalías anatómicas o malformaciones de los órganos que intervienen el habla (disglosias).

ERRORES MÁS FRECUENTES.

Los fonemas más frecuentes alterados son "r", "rr", "s", "l", "ch", y sinfones. Las formas más frecuentes de alteración son las sustituciones y las distorsiones.

SUSTITUCIONES: un sonido es reemplazo por otro. Ejemplo: ratón -datón/ marido-madido/ Zezilia-Cecilia/ gogo- gorro/ juguete-jubete.

OMISIONES: omite el fonema o sílaba que no sabe pronunciar. Ejemplo: peito-perrito/ chique-chicle/ cavo-clavo/ lida- salida.

DISTORSIONES/ CONTAMINACIONES: se dan de forma incorrecta o deformada, pudiéndose aproximar más o menos a la articulación correspondiente. Suelen ser muy personales. Ejemplo: entoe-entonces/ policitario-publicitario/ perdo-perro/ tractror- tractor.

INVERSIONES: consiste en cambiar el orden de los sonidos. Ejemplo: cocholate-chocolate/ estuata-estatua.

INSERCIONES/ AGREGADOS: se agregan a modo de facilitación y aproximación. Ejemplo: teres-tres/ cuatoro-cuatro/ apuesta- puesta.

Cada niño con dislalia tiene un ritmo y una vía de atención y evolución muy individual, pero son de muy buen pronóstico si se les da un oportuno tratamiento fonoaudiológico. No se debe intentar corregir con numerosas repeticiones la articulación comprometida, ya que son varios los aspectos involucrados. Sí sería positivo que el docente esté al tanto de un tratamiento que se esté efectuando para alentar y reforzar en forma positiva cada vez que tenga oportunidad.

sábado, 23 de febrero de 2013

LA TUTORÍA: UN MODO DE EMPATIZAR CON NUESTROS ALUMNOS.

Si existe un espacio especialmente diseñado para incidir en la profundización de la empatía entre el maestro y los alumnos, éste es el tiempo dedicado a la tutoría. Tiene como finalidad primordial prevenir y resolver los problemas de los alumnos que pueden afectar alñ rendimiento y al desarrollo personal del alumno, por lo que se debe prestar una atención preferente.

Algunas estrategias tendentes a optimizar la eficacia de las tutorias, además de las utilizadas habitualmente son:

TUTORÍA INDIVIDUAL.

En este tipo de tutoría tienen cabida aquellas actuaciones del tutor que no se pueden abordar en las actividades de tutoría grupal, por necesitar una relación más estrecha. La cercanía e intimidad que da la entrevista individual es necesaria para completar las tareas que se acometen de forma colectiva en las horas de tutoría grupal.

La tutoría individual se desarrolla a través de entrevistas periódicas, en las cuales se intercambia información, se profundiza en el conocimiento mutuo, se procura la consecución de un cierto grado de confianza, que incrementarán la capacidad de influencia del tutor sobre el alumno y disminuirá la probabilidad de aparición de conductas problemáticas, además de ser una buena ocasión para que el alumno se abra y comente las dificultades que encuentra para adaptarse a la vida escolar.

El tutor puede intervenir por iniciativa propia o a partir de la demanda de maestros del grupo, padres o bien del mismo alumno. El momento adecuado puede ser la hora de tutoría individual que los tutores de Secundaria tienen asignada, aunque es preferible que se lleve a cabo en una hora siempre diferente cada semana, para evitar que el alumno tenga que ausentarse siempre de las mismas clases. El lugar de encuentro debe ser un sitio discreto, a salvo de interrupciones y molestias.

Algunos aspectos a la hora de realizar la entrevista pueden ser:

- Modalidad: La entrevista debe ser preferiblemente individual, aunque se puede recurrir en algún caso que lo requierra a la citación de un pequeño grupo, que no debe exceder de 3-4 personas a la vez.

- Clima distendido: Conviene crear un buen clima en los primeros momentos, que dé sosiego y confianza al alumno, y evite que actúe a la defensiva.

- Brevedad: Ha de ser breve y centrada en conductas observables frente a lo subjetivo y los detalles irrelevantes.

- Empatía: El tutor ha de ponerse en el lugar del alumno, comprender su problema y pedirle soluciones, pero sin asumir sus responsabilidades ni las consecuencias de sus acciones. La solución a un problema siempre depende del alumno.

- Escucha activa: El maestro ha de hablar, pero, sobre todo, escuchar al alumno de manera activa, interesándose por conocer sus intereses y sus proyectos.

- Acuerdo: Se deben buscar compromisos concretos y hacer un seguimiento de los mismos hasta que se consoliden las conductas deseadas ( al día siguiente, a los tres días, a la semana).

- Buscar soluciones: Tener claro que el objetivo es buscar soluciones, para lo que hay que adoptar un enfoque positivo, evitando caer en una cadena de reciminaciones: hay que centrarse en el futuro y no intentar resolver el pasado.

- Entrevistas preventivas: A comienzo de curso conviene mantener entrevistas con los alumnos que probablemente puedan presentar problemas durante éste: repetidores, alumnos con necesidades educativas especiales, ... con el doble objetivo de motivarlos y abrirles expectativas de éxito, además de anticipar posibles problemas futuros.

- Reconocer, agradacer: Si el tutor percibe que el alumno intenta sinceramente cambiar, debe reconocérselo aunque los resultados no sean los esperados. Se deben reforzar el esfuerzo y la fuerza de voluntad, remarcando la importancia de la persistencia y la constancia a la hora de conseguir metas.

APADRINAMIENTO ( Tutoría en exclusiva).

Un maestro se encarga de tutelar personalmente a un alumno ( y sólo a uno) especialmente problemático. Esta estrategia se basa en la influencia positiva que puede ejercer sobre el alumno la percepción de tener un maestro apreciado por él y dispuesto a ayudarle y escucharle.

Esta tutoría deberá cumplir varios requisitos:

- Exclusividad: Un maestro de ocupa de un sólo alumno, y sólo de uno.

- Excepcionalidad: Sólo se debe aplicar en casos especiales, limitándose a unos pocos alumnos considerados estratégicos ("alumnos imposibles") porla gravedad de sus conductas o or la capacidad de influencia negativa sobre otros compañeros.

- Informalidad: La tutoría se realiza de manera informal, mediante conversaciones esporádicas sobre temas no académicos.

- Carisma, ascendencia: Los maestros deben tener capacidad de comunicación , carisma, y, sobre todo, ascendencia sobre el alumno.

El apadrinamiento se puede aplicar de la siguiente manera:

1. El maestro establece contacto individual con el alumno, abordando cuestiones personales, familiares y de relación social. Este contacto debe perseguir la consecución de una relación empática maestro-alumno que traspase lo académico y profundice en el conocimiento del alumno y en la confianza mutua.

2. Una vez conseguido un cierto nivel de empatía, el maestro se ofrece a mediar y a ayudar a solucionar los problemas de conducta/rendimiento que tenga el alumno. El ofrecimiento de mediación se hace a cambio de un compromiso por parte del alumno.

3. El maestro hace un seguimiento regular del rendimiento y la conducta del alumno, comprobando si hay una mejora efectiva. Si hay mejoras, se refuerzan y si no las hay, se le recuerdan los compromisos incumplidos y se le piden responsabilidades.

TUTORÍAS FLOTANTES.

Hay ocasiones en que las tutorías habituales no son efectivas debido a problemas de relación entre el tutor y los alumnos, o bien a la imposibilidad material de prestar una atención individualizada a cada uno de los alumnos. Para paliar estas dificultades cabe la posibilidad de designar a algunos profesores como tutores, pero sin asignarles ningún grupo específico. Estos tutores se encargarían personalmente a lo largo del curso de alguos alumnos que presenten una problemática especial en los diferentes grupos ("tutores flotantes"). Los tutores flotantes deben ser maestros con carisma y ascendencia sobre los alumnos, y deben ocuparse de no más de tres o cuatro alumnos a la vez, asignados entre aquellos que presenten una problemática particular grave. La tutoría puede prolongarse todo el curso o abarcar un período de tiempo determinado si los alumnos tutelados van evolucionando positivamente y dejan de necesitar el apoyo personalizado que les brinda ese tutor. La atención a los alumnos tutorizados se efectúa mediante entrevistas personales, a diferentes horas de cada semana, para evitar que pierdan siempre las mismas clases.

La eficacia depende fundamentalmente de los siguientes factores:

1. El establecimiento de una relación de empatía y confianza entre el tutor y el alumno.

2. La influencia positiva que un seguimiento personalizado y regular puede ejercer sobre el alumno y sus hábitos de conducta y trabajo.

3. El establecimiento de pactos (más o menos explícitos) entre el tutor y el alumno que contemplen la mejora de la conducta y el rendimiento escolar.

4. La información rápida a los demás profesores del proceso de mejora en que está inmerso el alumno y la colaboración por parte del profesorado mediante ayudas y refuerzos sociales.


 

viernes, 22 de febrero de 2013

EL CLIMA DE UNA BUENA CLASE

Antes de iniciar a desarrollar el tema del clima del aula, es muy importante definir qué se entiende por clima de clase.
Podemos entender por clima de clase todo el conjunto de condiciones ambientales en que se desarrollan las actividades que se realizan en un aula. Las conductas problemáticas, aunque pueden aparecer en cualquier lugar y en cualquier momento, suelen darse cuando las condiciones son propicias, y, por ello, es necesario crear un clima de aula facilitador que haga más cómodo el trabajo escolar y más improbable la conflictividad. Entre las medidas que pueden contribuir a mejorar el clima de clase podemos destacar las siguientes:

1) Establecer límites en las primeras semanas de curso, y mantenerlos durante el curso.
2) Disponer de normas efectivas de convivencia que regulen el comportamiento más frecuente e importante.
3) Mantener una relación de empatía y confianza con los alumnos.
4) Entrenar a los alumnos en relaciones de reciprocidad, con especial incidencia en el respeto mutuo.
5) Conocer los roles de los alumnos y propiciar que contribuyan a la convivencia y no a la perturbación.
6) Detectar subgrupos perturbadores y reconducir su actitud.

ESTABLECER LÍMITES EN LAS PRIMERAS SEMANAS...Y MANTENERLOS DURANTE TODO EL CURSO.

Los límites en la clase se entienden como una línia imaginaria que separa las conductas aceptables de las no aceptables. Varían según cada maestro y cada grupo-clase.

Se deben establecer de forma inequívoca en las primeras semanas del curso, pues si no los acaban imponiendo los líderes negativos de la clase. Los límites se asientan durante las primeras semanas mediante un proceso implícito de negociación de límites que comprende dos vías de actuación: mientras el maestro intenta establecer límites y normas y las aplica, los alumnos problemáticos significativos ensayan conductas de tanteo e incumplimiento de normas, con el fin de desplazar los límites hacia sus preferencias y necesidades.
Los resultados de dicha negociación implícita determinan de forma bastante sólida los límites que van a imperar en la clase durante el curso.

Una vez que se han establecido los límites durante las primeras semanas, y, a pesar que a lo largo del curso se tengan que modificar ligeramente hacia una mayor permisividad por efecto del relajamiento y el desgaste, suelen permanecer bastante estables a no ser que circunstancias extraordinarias los hagan fluctuar (la sustitución del maestro, la incorporación de un alumno conflictivo,...). Conviene que el maestro evite el deslizamiento de los límites y se esfuerce en mantenerlos lo más estable posible.

Los límites, por tanto, deben estar claros, especialmente en lo que a las conductas significativas se refiere, que son aquellas que por su frecuencia, intensidad o impacto sobre la clase afectan decisivamente al desarrollo del trabajo escolar. La nitidez de los límites supone evitar las ambigüedades e incoherencias que se producen cuando un maestro permite una determinada conducta en algunas ocasiones y la prohíbe en otras.

ESTABLECER NORMAS EFECTIVAS DE CONVIVENCIA.

Las normas son el principal instrumento que utiliza un maestro o un centro educativo para establecer los límites que se consideran oportunos entre las conductas que van a ser permitidas y las que no. Con ellas se pretende crear un ambiente que de paso a la convivencia respetuosa en la que se imponga los derechos colectivos sobre las actitudes egoístas e insolidarias, pero no basta que haya normas, sino que han de cumplir con el criterio de efectividad, es decir, han de evitar y resolver problemas.

En la clase podemos distinguir dos tipos de normas:

1) Explícitas: son las que están redactadas por escrito y regulan la convivencia. Su efectividad depende, entre otras cosas, de los siguientes requisitos:
     - Han de ser pocas. Deben regular sólo aquellos comportamientos que afectan a la convivencia, ya que en un número excesivo de normas crearía un ambiente demasiado rígido.
    - Han de estar claras. No deben dejar a dudas sobre lo que pretenden.
    - Deben estar formuladas en positivo. Mejor indicar lo que se debe hacer que prohibir lo que no se debe hacer.
    - Tienen que ser cumplidas. Cualquier norma que se establece debe ser llevada a cabo en toda costa, ya que si una norma explícita se incumple sistemáticamente, se convierte en otra de signo contrario. Así, si una norma dice: "hay que ser puntual" y se consiente la impuntualidad habitualmente, los alumnos acaban entendiendo que la norma dice " se puede llegar tarde". Es preferible suprimir las normas que no se puedan hacer cumplir antes que admitir el incumplimiento habitual de las normas.
    - Flexibles. Deben modificarse cuando no cumplan la función para la que se han desarrollado.

2) Implícitas: Son las normas que, sin estar formalmente redactadas, rigen realmente el funcionamiento de la clase mediante la rutina, la costumbre y la conducta de tanteo de algunos alumnos. Con cada maestro se establecen unos hábitos de funcionamiento que acaban convirtiéndose en reglas presuntamente convenidas y aceptadas, y que acaban por conformar un clima determinado en la clase.

La contradicción entre normas explícitas  e implícitas se resuelve SIEMPRE a favor de las implícitas. Así, cuando una norma explícita dice que todos han de estar en clase con el material de trabajo, y alguien no lo tiene, y no se deriva ninguna consecuencia que repare la infracción de la norma, ésta acaba por convertirse en otra norma contraria que autoriza a estar en clase sin el material.

De esta hegemonía de las normas implícitas sobre las explícitas, podemos extraer las siguientes conclusiones:

- Cuando se detecta que una norma implícita está perturbando significativamente el desarrollo de la clase, conviene reconvertirla en una norma explícita de carácter positivo y hacerla cumplir sistemáticamente.
- No se debe fijar ninguna norma que no se esté en condiciones de hacer cumplir.

La fijación de normas provoca resistencias y lleva a algunos alumnos a realizar incumplimientos de tanteo, que buscan probar la reacción del maestro y averiguar si el cumplimiento de la norma va a ser obligatorio o no. El maestro debe mantenerse firme ante dichos tanteos, pues forma parte de la negociación de límites, y suelen extinguirse cuando el alumno comprueba que el maestro está decidido a hacer cumplir la norma.

La efctividad de las normas depende en gran medida de las consecuencias de su incumplimiento (y si no...) y de su cumplimiento (y si sí...). Si del incumplimiento de una norma no se deriva sistemáticamente una consecuencia disuasoria, la norma perderá su eficacia y acabará por incumplirse. De la misma manera, conviene aplicar de vez en cuando consecuencias positivas tras el cumplimiento de una norma para consolidarla. Enseñar a los alumnos a asumir las consecuencias de sus actos en vez de hacerles dependientes de premios y castigos, supone educarlos en la responsabilidad, ayudándoles a ser más maduros y autónomos.

Por poner un ejemplo, se proponen unas normas básicas que pueden servir para regular la práctica totalidad de las situaciones habituales en la clase y cuyo cumplimiento podría bastar para conseguir un buen clima en el aula:

1. El alumno ha de asistir a clase puntualmente, con el material, y trabajar sin molestar a los demás.
   Consecuencias del incumplimiento:...
   Consecuencias del incumplimiento reiterado: ...

2. Respeta ( a las personas y a las cosas) para que te respeten ( a ti y a tu cosas).
    Consecuencias del incumplimiento:...
    Consecuencias del incumplimiento reiterado:...

3. El maestro ha de atender a todos los alumnos y ocuparse de que aprendan, adaptando su enseñanza a las capacidades e intereses de todos y cada uno.
    Consecuencias del incumplimiento:...
    Consecuencias del incumplimiento reiterado:...

Técnica del caso: la elaboración progresiva de las normas de clase.

La técnica del caso, consiste en analizar las situaciones teóricas en Economía a partir de casos prácticos. En el mundo escolar se pueden aplicar a la hora de establecer las normas de clase, las cuales se pueden ir fijando a medida que se vayan presentando los problemas. Presenta la ventaja de que empieza por establecer prioritariamente las normas que regulan las situaciones más frecuentes y significativas. El sistema tradicional de tener todas las normas de la clase establecidas desde el primer día tiene el inconveniente de dar el mismo tratamiento a las normas que regulan problemas que probablemente no se den en todo el curso que a las que regulan rutinas de aparición casi diarias. Además, los reglamentos ya prefijados de antemano, al estar fuera del contexto práctico, aparentan menor credibilidad, pues surgen como un reglamento teórico de dudosa aplicación futura y de fácil olvido.



REGLAMENTO TRADICIONAL
REGLAS DE ELABORACIÓN PROGRESIVA
Se fijan muchas normas, algunas innecesarias.
Se fijan sólo las necesarias.
Todas las normas aparecen con igual importancia.
Quedan resaltadas las normas con mayor importancia.
Todas las normas se establecen al mismo tiempo.
Se establecen antes las normas más urgentes.
Se presentan fuera de contexto, de forma teórica.
Se presentan de forma práctica y actual.
No se tienen en cuenta las circunstancias que rodean a cada situación.
Se contemplan todas las circunstancias que acompañan a las situaciones.
El alumno las vuelve a ver como algo externo y teórico.
El alumno las vive como algo propio y práctico.
No se aprovecha la posibilidad de usar la elaboración de normas como un contenido actitudinal.
Ayuda a los alumnos a crecer en su desarrollo moral, a tomar decisiones, a asumir responsabilidades.


Un modo de establecer normas de forma progresiva es el siguiente:

1) El maestro explica las razones por las que es necesario establecer una norma para la rutina negativa que se ha producido.

"Es probable que este hecho se vuelva a producir durante el curso, por lo que hay que encontrar una solución aceptada por todos, para evitar que vuelva a ocurrir".

2) Se establece una norma que regule la rutina negativa por consenso, tras un debate abierto del maestro con consulta del grupo.

3) Mediante una lluvia de ideas, se establecen las consecuencias del incumplimiento de la norma, así como de su reirteración. Se anota en la pizarra la norma aprobada, y cada alumno va proponiendo una consecuencia delm incumplimiento. Finalmente, se selecciona la que se considera más adecuada.



NORMA
CONSECUENCIA DEL INCUMPLIMIENTO
CONSECUENCIA DEL INCUMPLIMIENTO REITERADO
 
 
 
 
 


4) Cuando vuelve a aparecer la rutina perturbadora, se aplica automáticamente la consecuencia establecida, sin explicaciones innecesarias, mediante algún gesto que indique al alumno que tiene que asumir la consecuencia decidida de antemano.


ENTRENAMIENTO EN RECIPROCIDAD: EL RESPETO MUTUO.

La reciprocidad consiste en dar y recibir lo que se da. Se apoya en el principipo que considera a todas las personas como seres iguales con los mismos derechos y obligaciones. Las relaciones maestro-alumo pueden estar reguladas en gran medida por este principio pues, excluyendo el papel conductor de la clase que tiene encomendado el maestro, gran parte de las interacciones sociales mestro- alumno sin intercambios entre personas que tienen derechos y deberes similares. Ambos tienen derecho a la dignidad y al respeto por parte de los demás, y tienen el deber de respetar y de asumir la responsabilidad de sus actos.

Las relaciones de reciprocidad son una alternativa a las relaciones maestro-alumno basadas en la igualdad, la obediencia y el temor al castigo. La petición de reciprocidad al alumno lo hace más autónomo moralmente y favorece su desarrollo personal, educándolo en la responsabilidad.

Dentro de las relaciones de reciprocidad, elrespeto mutuo es la dimensión fundamental para construir una relación de convivencia positiva y democrática. Que el maestro respete al alumno en sus facetas personal y académica, al tiempo que exige respeto a los derechos propios y a los de los demás alumnos, favorece relaciones sociales responsables. Fernández (1998) resume en una frase la filosofía de la reciprocidad:

"No hagas conmigo lo que no desees que yo haga contigo".

De esta idea central se pueden desarrollar otras en relación con otras situaciones concretas:

" No me hables como no quieres que yo te hable".
"No me trates como no quieres que yo te trate".
"Sé correcto conmigo y yo lo seré contigo".
"Respétame si quieres que yo te respete".
"Atiéndeme si quieres que yo te atienda".

Pero la reciprocidad y el respeto mutuo no aparecen espontáneamente, sino que deben ser aprendidos y practicados diariamente hasta acabar convirtiéndose en un estilo de actuación en las relaciones interpersonales maestro-alumno y alumno-maestro. Es de utilidad para establecer relaciones de reciprocidad hacer esporádicamente a los alumnos que muestren actitudes irrespetuosas con el maestro (o con sus compañeros) y preguntarles:

¿Cómo quieres que te trate?
¿Cómo crees que me estás tratando?
¿Sabes cómo me gustaría que me tratases?
¿Me estás respetando como yo a ti?
¿Te estoy faltando al respeto? Entonces, ¿Por qué tú me lo faltas a mi?


MANTENER UNA RELACIÓN EMPÁTICA CON LOS ALUMNOS.

Por empatía entendemos la conexión afectiva entre los alumnos y el maestro, que redunda en una mayor satisfacción en la clase y da al maestro capacidad de influencia sobre sus alumnos. Supone ponerse en el lugar del otro y percatarse de los sentimientos que está experimentado. Los alumnos problemáticos suelen moderar sus conductas inapropiadas con maestros que "les caen bien"  y, sin embargo, acentúan su conflictividad con otros maestros que "les caen mal". Por ese y otros motivos es aconsejable una atención especial a la relación con os alumnos, para lo cual conviene:

- Adoptar una actitud positiva, de ayuda.
- Conocer a los alumnos, intentar comprenderlos.
- Saber como nos ven.

Uno de los espacios muy importantes a la hora de trabajar la empatía con y para nuestros alumnos es la denominada TUTORÍA. Este apartado de real importancia se desarrollará en un artículo separado de este con el objetivo de poder ser de utilidad a todos aquellos que busquen información en concreto sobre el tema.